Dejar que la escritura sea, leo en un libro sobre los bloqueos. Sentarme, escribir. Hay que sentarse para escribir. Me he preguntado si esto es necesario. ¿Es posible escribir parada? ¿Escribir caminando? Sí se puede escribir acostada. Muchas personas lo hacen, se recuestan en su cama, o por ahí, en el pasto o en la arena, y escriben en un cuaderno (no es tan usual en una computadora). Pero pareciera que siempre el cuerpo necesita estar en reposo.
Cuando creé cuerpescritura, llegué a imaginar que un cuerpo que danzaba podía escribir. No metafóricamente, escribir con el cuerpo, sino literalmente, tener un crayón en la mano y escribir mientras se baila. Había visto algunas performance donde les artistas realizaban este acto. Sin duda, algunos trazos se pueden hacer, tal vez hasta ciertas frases inteligibles.
Ahora, ¿es posible algo más? Para llevar al extremo, ¿es posible, por ejemplo, escribir un cuento? Creo que la respuesta es no, lo cual me provoca cierto desamparo, porque me sentía protegida ante la posibilidad, las posibilidades, el mundo de la potencia. Pero un día escuché a una profesora decir que algo podía ser posible pero no necesariamente probable. Y podría agregar: no necesariamente deseable. Con el esfuerzo mental que significa adaptar nuestra marea de pensamientos a una estructura como la del cuento, me pregunto si alguien desearía además estar fatigando su cuerpo. Un cuerpo que también participa del cansancio mental, porque he asumido, más allá de toda creencia metafísica, que lo único que somos es cuerpo. O de lo único que podemos estar segures. Un cuerpo que alberga a una mente, y que cuando esa mente se agita, se agita el cuerpo, y viceversa.
Entonces, ¿es necesario que el cuerpo se siente para escribir? No. Pero sí es necesario el reposo. Ese verbo, reposar, tiene algo de insistencia en su etimología: está formado por el prefijo “re” y el verbo latino “pausare”, que significa detener, cesar. Reposar es detener una y otra vez, porque las fuerzas que nos llevan a fatigarnos son igualmente resistentes y sobre todo muy poderosas.
Hace mucho tiempo que se ha demostrado que son las ondas alfas las que originan la creatividad. No digo que solo un cuerpo en reposo generen esas ondas, hay cuestiones de investigaciones científicas que no sé. Pero sí creo que la pregunta por el estado en que un cuerpo crea es fundamental.
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