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Respiración amorosa, abierta al infinito



Hablar del cuerpo es hablar de una de sus manifestaciones más sutiles, más naturalizada y automática: la respiración. Hoy leía este fragmento del libro de Risa Kaparo, “Inteligencia somática”, y quise compartir el poema de Rumi y esto tan deseado, o cotidiano en el mejor de los casos, como es embebernos de aire como del ser amado:


“La gravedad nos pone en contacto con todo cuanto existe. Cada respiración recapitula el pulso primordial de la vida de este planeta, conectándonos con todo cuanto ha sido y con todo lo que será, a medida que el tiempo se desplaza verticalmente. El pensador francés Gaston Bachelard menciona esto como un “momento autosincrónico”; el pasado, el presente y el futuro surgen al mismo tiempo. Desde una perspectiva budista, cuiando estamos presentes en lo que yo denomino la corriente “coimplicada” del tiempo, rompemos las cadenas del karma. Cuando nos abrimos para recibir el espacio ilimitado con cada respiración, estamos recibiendo también lo que en realidad nos sostiene. Inventamos y descubrimos un espacio que nunca tiene fin, dentro y fuera, extendiendo nuestra presencia a través del espacio como una confluencia de ríos. La belleza que encierra este tipo de respiración es que “ilumina” nuestra conexión con todo lo que existe. Al embebernos y besar el infinito como si se tratara del ser amado, este se torna tan íntimo como nuestra propia respiración.”


Les deseo que comiencen a respirar como si se acabara el mundo.


Daniela

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